12. PUSHKAR Y JAIPUR

Después de pasar unos días en Udaipur disfrutando de la tranquilidad de esta ciudad, de nuevo había que ponerse en movimiento, siempre dirección Norte, haciendo paradas en Pushkar y Jaipur para llegar finalmente a Delhi.

Las semanas que pasamos entre Pushkar y Jaipur nos han enseñado mucho de cómo hacer (y cómo no hacer) negocios con los indios. Esperas interminables, acuerdos no cumplidos, y muchas horas de paciencia.

Pero mientras tanto descubrimos el mejor Restaurante del viaje, y visitamos una de las Construcciones más espectaculares que hemos visto nunca.



Entre Udaipur y Pushkar hay unos 280 kms, que de nuevo necesitaron 6 horas largas de conducción por una autopista en excelente estado, hasta que a ratos desaparecía volviendo a la antigua carretera entre pueblos por la que es imposible circular a más de 30-40 km/h. En todo caso, aprecié un importantísimo avance en las carreteras desde la última vez que estuve por aquí hace 4 años.


Pushkar era uno de los lugares en los que pensábamos detenernos unos cuantos días, días que finalmente se convirtieron en 3 semanas. Esta primera parte del viaje tenía un objetivo claro que era buscar contactos para algunos negocios que queremos poner en marcha, y al final todos los caminos conducían a esta ciudad sagrada atiborrada de peregrinos, y turistas occidentales. Aquí teníamos dos contactos locales que nos trataron fenomenal, y aunque Pushkar es tan pequeño que es muy sencillo manejarse, ellos nos facilitaron aún más las cosas.


Estuvimos alojados en el Hotel OM donde pasábamos algunas mañanas trabajando en su jardín de césped cuidadosamente cortado, tumbonas e incluso piscinita. Otras mañanas recorríamos las retorcidas y estrechas callejuelas llenas de diminutas tiendas. A medio día la obligada visita al hotel restaurante Lake View, el mejor (por no decir único) restaurante donde comer más que decentemente los platos típicos indios cocinados con mucho amor y con ligeros aires modernos que lo distancian en calidad del resto de restaurantes de esta ciudad e incluso del resto de ciudades que hemos visitado hasta ahora. Y eso que aquí los cocineros lo tienen un poquito más complicado puesto que no se come carne, pescado, ni huevos. Definitivamente Lake View es el sitio en el que mejor hemos comido en todos estos meses. Recomendado.

 

Después del atracón de medio día y dependiendo del calor y la hora, nos tomábamos un respiro hasta que la temperatura bajaba un poco, o visitábamos fábricas y talleres en la misma ciudad o en los pueblos cercanos, a los que llegábamos en agradables paseos en moto por carreteras muy poco transitadas, rodeadas de altas dunas de arena y escasa vegetación. A última hora de la tarde también era obligada la cerveza fresca para comentar lo que había dado de sí el día, planificar el siguiente, y disfrutar de la tranquilidad de una terracita hasta la hora de cenar.


En cuanto a los negocios que vinimos a hacer aquí nos quedamos con un sabor agridulce, quizá porque no estábamos acostumbrados a este ritmo ni forma de hacer las cosas y esperábamos otros resultados.

Como ejemplo os diré que uno de nuestros proyectos tiene que ver con alimentación. Ya antes de venir a India escribimos a varias empresas del sector explicándoles nuestra idea e intención de visitarles si estaban interesados. Ninguna respondió. Ni una. Al llegar a India volví a contactar a otras tantas empresas. Solo una respondió, hablamos con ellos por teléfono varias veces, y finalmente visitamos su oficina de Mumbai. Nos trataron fenomenal, les interesó nuestro proyecto, y nos pidieron visitar su fábrica, a 600 kms de allí, la semana siguiente para definir los detalles con el ‘jefe’.

Fuimos a su fábrica, charlamos durante horas, té va té viene, matizamos todo lo imaginable, nos propusieron algunos cambios basándose en su experiencia, y acordamos enviarles un mail con unos datos que necesitaban para que nos calculasen el presupuesto. Así lo hicimos en cuanto llegamos de vuelta al hotel.

Pasaron los 3 días que nos pidieron para responder y no tuvimos noticias de ellos. Aquí van a otro ritmo así que no quisimos estresarles por lo que esperamos una semana más. Seguíamos sin noticias. De nuevo les enviamos el mail y varios mensajes pidiendo amablemente los datos que estábamos esperando. Hicimos un tercer intento otra semana después.

Nunca respondieron.


En Pushkar encontramos de todo, desde una empresa que se interesó por otro de nuestros proyectos y enseguida se pusieron manos a la obra (aunque para ello tuvimos que estar constantemente encima de ellos), hasta otra empresa cuyo responsable nos decía estar interesado en trabajar con nosotros cada vez que nos reuníamos, incluso dedicó un día a enseñarnos sus talleres y tiendas, tanto en Pushkar como en aldeas cercanas, pero después nunca tenía tiempo para responder un mail, un mensaje, o hacernos una prueba de nuestro producto.


Y así fueron pasando los días, hasta contar 21. Finalmente salimos de allí con algunas cosas atadas y otras muchas que se quedaron en el tintero, y decidimos probar suerte en Jaipur, pensando que el problema era no haber encontrado a la gente adecuada. Pero en Jaipur pasó exactamente lo mismo, excepto alguna rara excepción.

 

Así que mientras esperábamos pacientemente a que las empresas estudiasen nuestras ideas, enviaran sus presupuestos, o nos dieran la respuesta que habían prometido y que nunca llegaba, nosotros a lo nuestro visitando una ciudad mucho más caótica y contaminada que las 2 anteriores, pero con muchos lugares interesantes. Fuera de la ciudad, a unos 95 kms, visitamos una de los construcciones más espectaculares que he visto hasta ahora, el pozo de Chand Baori en Abhaneri, de casi 1200 años de antigüedad. Sin duda una visita obligada en Rajastán.



Escribir comentario

Comentarios: 6
  • #1

    alfanje (sábado, 27 junio 2015 20:14)

    Resumen del episodio: "Mi gozo en un pozo" ;-)

  • #2

    ALFONSO (lunes, 29 junio 2015 08:20)

    Está claro que los negocios con manolitos son complicados.Espero que hayáis sacado en claro algo más de lo que parece....Besos desde el frente occidental

  • #3

    juanma (lunes, 29 junio 2015 13:05)

    "Viajar sirve para regular la imaginación frente a la realidad.
    En lugar de pensar como deberían ser las cosas, ves como son." (Samuel Johnson)

  • #4

    2days (lunes, 29 junio 2015 15:54)

    Alfonsos, algo hemos aprendido, mucho, así que tiempo bien empleado.

    Juanma, dentro de un mes en Tailandia... ¿te animas? Angelillo dijo que igual venía en Julio pero no tengo más noticias.

  • #5

    PAZ / SHANTI (jueves, 09 julio 2015 16:50)

    Aloha! despues de leer los relatos y de haber tenido la suerte de cruzarte por Pushkar, te digo solo una frase sabia... "el silencio comodo" . esas horas que uno pasa con ellos, se tocan todos los temas: religion, familia, creencias, comida, viajes, etc. y despues... ese silencio que en un principio nos hace ruido. que pensamos por dentro..."es que nos vamos a quedar aca callados cuantas horas mas? como sigue esto? me trae la muestra, vuelvo a preguntar o que ? " jajajja! tan ellos. y despues de un rato... ese silencio es comodo. cuando uno ya no espera que el otro haga algo, cuando uno ya calma su ansiedad, y casi tira la toalla y piensa.."que sea lo que tenga que ser". Y puede salir bien o puede salir mal, 50% / 50%. Y ese silencio comodo, dps trasladarlo o otros ambitos uno mismo... es genial. Con las personas que podes tener ese tipo de silencio.

  • #6

    2days (jueves, 09 julio 2015 17:17)

    Paz... lo mejor de esos silencios es que además te siguen mirando a los ojos
    ;o)