RELATOS DE VIAJES

Por fin me pongo manos a la obra con uno de los proyectos que lleva rondando en mi cabeza desde hace demasiado tiempo: poder llevar la casa a cuestas en un autobús y dormir cada noche donde me apetezca.

Pero no puedo vivir del aire así que tendré que seguir buscando maneras de ingresar algo de dinero para avanzar en este intento de librarme de las ideas preconcebidas.

Tengo algún plan para que el autobús sea tanto mi hogar como una forma de trabajo, pero de momento vamos con la presentación del Scania carrozado por Irizar en 1999, tiene 700.000 kms, y un motor de 420cv:

Una vez dado el paso más difícil, que es comprar el autobús sin tener siquiera carnet para conducirlo :o) empieza el proceso de diseño del espacio.

Para ello hay que tener en cuenta que no solo será mi casa de manera permanente sino también una forma de conseguir algunos ingresos.

Después de dar muchas vueltas al asunto de cómo sacarle rendimiento la solución parece haber estado delante de mis ojos todo este tiempo, aunque haya necesitado algo de ayuda para descubrirlo, debido a mi astigmatismo supongo.

Si tuviera que escribir las 4 ó 5 cosas que más me gustán en la vida, las que me hacen ilusión o de las que siento verdadera necesidad, escribiría las siguientes:

En la parte trasera del autobús se sitúa la zona de descanso, formada por dos sofás de 4 metros cada uno, donde disfrutar de un té, ver cine o planificar los próximos días de ruta del viaje.

Estos sofás transformables se convierten en tres segundos en amplias literas individuales con capacidad para 8 personas.

Y llegó el momento de la cocina. Si voy a vivir de manera casi permanente en esta caja de zapatos con ruedas voy a necesitar una cocina en toda regla, con todos los servicios posibles, amplia y luminosa, donde poder cocinar las recetas que aprenda de los platos típicos en los lugares que visite.

Frigorífico, congelador, cocina de 4 fuegos, horno, fregadera... y quizá lavavajillas. Un gran encimera para cocinar en grupo, que es más divertido.

Y una curiosa forma de resolver el enorme fondo de los muebles...

Ya son unos cuantos meses con el autobús parado, trabajando en su interior, haciendo todo tipo de bricolaje, y el vehículo pide a gritos salir a la carretera y hacer kms, que el aceite y el diésel corra por sus venas.

Y para conducirlo se necesita algo muy importante, el permiso de conducción, que yo aún no tenía.

Así que las últimas semanas he compaginado el bricolaje con el estudio y las prácticas, y finalmente YA TENGO EL PERMISO PARA CONDUCIR AUTOBUSES...!

Muchas cosas han pasado desde la última entrada del blog, pero lo más destacable es que la transformación del bus ya está terminada. Terminada y homologada.

Ha habido algunos cambios en la distribución prevista puesto que en este tiempo ha cambiado la normativa, sobre todo en lo referente al número de plazas que se puede homologar. Además he añadido una plataforma exterior en la parte trasera, para poder llevar una moto o quad, que después de los primeros viajes se descubre como uno de los mayores aciertos.